sábado, 12 de diciembre de 2015

Consejos dedicados a la juventud por R. Schumann (1810-1856)

(Estos consejos fueron escritos por Schumann para servir de prefacio a su “Álbum para la juventud”)

Prefacio
Robert Schumann, uno de los más grandes compositores
románticos, fue también autor de una valiosa crítica musical.
En 1834 – con Knorr, Schuncke y Wieck (su maestro)- fundó en Leipzig, 
la “Nueva Gaceta Musical”, de la cual fue el único redactor desde 1835 hasta 1844.
En dicha revista, Schumann luchó infatigablemente en pro del
 progreso musical, ora fustigando a Meyerbeer, ora elogiando a Cherubini o 
Mendelssohn; pero la gloria de Schumann como crítico musical, es la de 
haber revelado al público el genio de Chopin, de Berlioz y de Brahms, su último
 artículo escrito en La Gaceta fue precisamente sobre Brahms en 1853.

Consejos a los jóvenes estudiantes de música

  1. La educación del oído es lo más importante. Procurad ya desde el principio discernir cada tono y cada tonalidad. Analizad toda clase de sonidos. El que produce la campana, el cristal, el cuclillo, etc.
  1. Repetid con frecuencia las escalas y los demás ejercicios, si bien no basta esto solamente. Hay muchas personas que creen alcanzar por este medio el colmo de la perfección, y pasan largas horas todos los días, hasta llegar a su edad madura, haciendo ejercicios puramente mecánicos. Lo cual viene a ser como si recitaran diariamente el A, B, C para pronunciarlo más deprisa cada vez. Es necesario emplear mejor el tiempo. 
  1. Se han inventado teclados mudos; ensayadlos por algún tiempo y os convenceréis de su inutilidad. Los mudos nunca nos enseñarán a hablar.
  1. ¡Tocad a compás! La ejecución de muchos concertistas se parece al andar de un beodo (borracho). No sigáis jamás semejante modelo.
  1. Aprended lo antes posible las leyes fundamentales de la armonía.
  1. No os atemoricen las palabras Teoría, Armonía, Contrapunto, etc. Ellas os sonreirán si vosotros hacéis lo mismo.
  1. Guardaos bien de tocar ni ton ni son. Ejecuta cada trozo siempre con alma y con mucha atención, sin omitir nada. Evitad toda detención a la mitad de una pieza.
  1. Retardar el compás o apresurarlo son faltas igualmente censurables.
  1. Procurad tocar bien y con expresión las piezas fáciles, pues vale mucho más esto que ejecutar medianamente las composiciones difíciles.
  1. Tened cuidado en que vuestro piano esté siempre bien afinado.
  1. No basta que podáis tocar vuestro repertorio, sino que también es precioso que seáis aptos para solfearlo sin piano; que esté cultivada vuestra imaginación hasta el punto de retener tan bien la armonía de una melodía como la melodía misma.
  1. Ejercita tu memoria para poder retener no sólo la melodía de una composición, sino también su armonía.
  1. Procurad, aun sin estar dotados de buena voz, cantar a primera vista sin la ayuda del piano, pues así se irá perfeccionando gradualmente vuestro oído musical. Pero si realmente poseéis buena voz no dudéis un momento en cultivarla, considerándola como el don más precioso que el cielo os ha concedido.
  1. Es preciso que lleguéis a leer y comprender la música escrita, sin ejecutarla, con sólo leerla.
  1. Cuando toques, no te preocupes de quienes te escuchan; pero sí, ejecuta siempre como si te escuchara un maestro.
  1. La primera cualidad de la interpretación es la precisión, o sea la exacta observancia del texto, que pone de relieve la más recóndita intención del autor.
  1. Cuando os presenten alguna composición para hacérosla tocar a primera vista, no dejéis de recorrerla con los ojos en toda su extensión antes de empezarla.
  1. Cuando hayáis terminado vuestros ejercicios diarios, no continuéis los estudios si os sentís fatigados. Es preferible descansar a trabajar sin gusto, sin placer y con la cabeza turbada y sin energía. 
  1. Cuando lleguéis a una edad avanzada, no os preocupen las novedades. El tiempo es precioso, y solo para conocer todo lo bueno necesitaríamos vivir cien vidas lo menos.
  1. Criando a los niños con dulces, jamás obtendremos hombres sanos. La nutrición espiritual debe ser tan sencilla y substancial como la del cuerpo. Los grandes maestros te han provisto abundantemente, aliméntate de sus obras.
  1. Las composiciones de difícil mecanismo envejecen pronto. La bravura solo tiene valor cuando está al servicio de una idea.
  1. No prodiguéis nunca las malas composiciones, antes bien combatidlas con energía para llegar a suprimirlas.
  1. Jamás tocaréis las malas composiciones ni las escucharéis sin estar forzados a ello.
  1. No os seduzca de ningún modo esa brillante ejecución que llaman bravura. Procurad que resalte la idea que el autor ha querido expresar, otro propósito siempre es ridículo. 
  1. Considerad como acción vituperable (deshonrosa) el hecho de introducir cambio alguno, sea el que fuere, en las obras de los maestros, lo mismo el suprimir que el añadir a capricho. Sería la injuria mayor que podríais hacer al arte.
  1. En cuanto a la elección de piezas para estudiar, dirigíos a personas más experimentadas y así os evitareis perder el tiempo.
  1. Será muy provechoso para vuestra educación ir conociendo sucesivamente las obras más importantes de los mejores maestros.
  1. No os dejéis seducir por los aplausos que obtienen los grandes concertistas: preferid siempre los elogios de los inteligentes  a los de la multitud.
  1. Todo cuanto la moda trae desaparece con ella.; y si no os preocupáis más que en tocar las novedades del día, a la larga os haréis insoportables a todo el mundo y no seréis considerados.
  1. El prodigarse demasiado tocando en sociedad trae más inconvenientes que ventajas; guardaos bien de vuestro público y sus halagos no os hagan incurrir en la debilidad de ejecutar alguna pieza que en otro lugar desdeñaríais.
  1. No dejéis perder ninguna ocasión de tocar con otras personas, ya en dúos, tríos, cuartetos etc. Estos ejercicios os serán de gran provecho para alcanzar en vuestro estilo más cuadratura y color. Acompañar con frecuencia a los cantantes es altamente beneficioso.
  1. Si todos los artistas quisieran ser primeros violines, sería imposible organizar ninguna orquesta. Por lo tanto valora a cada ejecutante en la parte que desempeña.
  1. Estimad vuestro instrumento pero no lo consideréis orgullosamente como único o superior a cualquier otro. Tened presente que hay instrumentos que producen efectos igualmente hermosos; no olvidéis que existen los cantantes y que los coros y las orquestas están llamados a interpretar lo más sublime que se ha escrito en música.
  1. Progresando en el arte, trata de familiarizarte más con las partituras que con los virtuosos.
  1. Tocad con frecuencia las fugas de los mejores maestros, particularmente las de J. S. Bach. Haced de su “Clave bien temperado”  vuestro pan cotidiano; él solo bastará para convertiros en excelente músico.
  1. Entre vuestros compañeros escoged con preferencia siempre los que sepan más que tú.
  1. Alternad vuestros estudios musicales con la lectura de los buenos poetas. Pasead a menudo por la campiña y por los bosques.
  1. Se puede aprender mucho de los cantantes; pero no es prudente creer todo lo que dicen.
  1. Tened presente que no sois únicos en el mundo: sed, por lo tanto, modestos. No olvidéis que nada hemos de pensar o descubrir que otros no lo hayan pensado o descubierto antes, y aunque realmente lo hubierais hecho, consideradlo como un don del cielo que habéis de compartir con el prójimo.
  1. El estudio de la historia de la música y la práctica de las obras más perfectas, en sus diversos estilos, os enseñarán mejor a evitar la vanidad y la presunción.
  1. Leed, cuando lleguéis a la edad madura, las obras didácticas de los buenos autores. Un hermoso libro es el de A. F. Justo Thibaut (1774-1840) titulado “Pureza del arte musical” publicado en 1825.
  1. Si pasáis por delante de una iglesia y oís la voz del órgano, entrad para escucharla; y si por suerte os fuera permitido sentaros ante él, probad de recorrer con vuestros dedos su teclado y admirad la grandeza de nuestro arte, te asombrarás de la gran potencia de la música producida por tus pequeños dedos.
  1. No perdáis ninguna ocasión de ejercitaros en el órgano: no hay instrumento más eficaz para corregir los defectos o hábitos de una mala educación musical.
  1. No desdeñéis nunca el cantar a coro y en especial las partes intermedias. Esta  práctica contribuirá a haceros más fuertes en vuestro arte y contribuirá a formar tu sensibilidad musical.
  1. ¿A qué llaman ser un buen músico? No creáis serlo si, fijos vuestros ojos delante de las notas y perplejos, solo os salís a duras penas de la lectura; o si ejecutando, te detienes de repente y eres incapaz de continuar, porque te han dado vuelta a dos páginas a la vez. Pero lo seréis sin duda si presentís lo que va a seguir o lo recordáis de las piezas  ya conocidas; en una palabra, si tenéis la música no solamente en los dedos, sino en el pensamiento y en el corazón.
  1. ¿Cómo lograremos ser buenos músicos? Hijo mío, las cualidades esenciales para ello, un oído delicado, una rápida facultad de percepción. Pero estas buenas condiciones pueden cultivarse y mejorarse. Nunca llegaréis a ser un buen músico encerrándoos lejos del mundo para entregaos únicamente a estudios prácticos y mecánicos, sino multiplicando vuestras relaciones en el mundo musical, con el coro y la orquesta particularmente.
  1. Estudiad desde un principio la extensión de la voz humana en sus cuatro registros principales. Fijaos en los coros; examinada en qué intervalos adquiere más fuerza y en qué otros precisa buscar los efectos de expresión dulce y tierna.
  1. Escuchad con atención los cantos populares, pues son mina inagotable donde se encuentran las melodías más bellas, las cuales os darán idea del carácter de la música de las diferentes nacionalidades.
  1. Aplicaos sin tardanza a la lectura de las claves antiguas, pues de lo contrario multitud de tesoros de las épocas pasadas os serían desconocidos.
  1. Indaga, pon atención al diferente timbre y el carácter de cada instrumento, y acostumbrad vuestro oído a distinguir el colorido que le es peculiar.
  1. Respetad lo antiguo, pero interesaos más por lo nuevo. No guardéis jamás prejuicios contra los nombres que no tengan aún nombradía (fama, reputación). No perdáis la ocasión de escuchar buenas óperas.
  1. No discutáis el mérito de una composición que acabáis de oír por primera vez: lo que a primera vista os gustará quizás no sea lo mejor. Los maestros deben ser estudiados. Gran número de bellezas no os aparecerán hasta la edad madura.
  1. No juzgues una composición después de la primera audición, pues lo que agrada enseguida no siempre es lo mejor. Las obras de los grandes maestros deben ser estudiadas, y muchas cosas serán claras para ti, cuando tengas más años.
  1. La melodía: este es el grito de combate de los aficionados. Ciertamente, no existe música sin melodía; pero tened muy presente que lo que entienden aquellos señores por esta palabra son motivos fáciles de retener, rítmicos y agradables. Otros hay, no obstante, de diferente índole y que advertimos al ojear las obras de Bach, Mozart, Beethoven, etc.
  1. Es bueno componer pequeñas melodías en el piano: Si al deslizar vuestros dedos sobre el teclado encontráis pequeñas melodías que se siguen y encadenan, será este lisonjero resultado; pero cuando sin necesidad de instrumento acude a vuestro pensamiento una de esas melodías, el resultado es ya mejor y por ello debéis quedar cien veces más satisfechos. Es una prueba de que el sentido interior del tono se ha despertado en vosotros. Los dedos deben ejecutar lo que el pensamiento concibe, nunca lo contrario.
  1. Si empezáis a componer, meditad, combinad, construirlo todo en el pensamiento: no ensayéis jamás un fragmento en el piano sin haberlo fijado antes en vuestro espíritu. Si la música procede de vuestro sentido interior, si la sentís verdaderamente, obrará de igual modo en los demás.
  1. Si el cielo os ha dotado de imaginación activa, no dejaréis de permanecer durante horas enteras solitarios delante de vuestro piano, como si os hubiere encantado; aspiraréis a exhalar vuestra alma en armonías celestes, y os sentiréis quizás tanto más misteriosamente transportados en un círculo mágico cuanto menos conocido os sea el dominio de la armonía. Esas son la horas más felices de la juventud; pero guardaos bien de abandonaros con demasiada frecuencia a esa especie de embelesamiento que os conduciría casi siempre a prodigar vuestras fuerzas y vuestro tiempo en un país imaginario, por así decirlo. Por el signo preciso y evidente de la escritura es solo como llegaréis a dominar la forma, a exponer claramente vuestras ideas. Aplicaos, pues, a componer mejor que a improvisar.
  1. Haced de manera que podáis adquirir sin tardanza los conocimientos necesarios para ensayar y dirigir una orquesta. Observad a los mejores directores y esfuérzate en dirigir tú mismo mentalmente, así os daréis buen cargo de lo que oís y adquirirás lucidez de percepción.
  1. No descuidéis el estudio de la vida, así como el de los demás artes y ciencias.
  1. Las leyes de lo moral rigen también las del arte.
  1. El trabajo y la perseverancia  son los factores más importantes del progreso.
  1. Con una libra de hierro, que solo cuesta algunos céntimos, se fabrican miles de resortes para reloj, cuyo valor es mil veces centuplicado el del hierro. Emplead, pues, con fruto la libra que habéis recibido del cielo. 
  1. Nada grande se realiza en el arte sin entusiasmo.
  1. El arte no es una carrera para hacerse rico el que lo cultiva. Sed artista digno, que lo demás no os faltará.
  1. El espíritu de una composición no lo comprenderéis antes de haberos hecho dueño de la forma.
  1. ¡Quién sabe si para hacerse cargo completo del genio es necesario serlo también!
  1. No falta quien sostenga que un buen músico debería, a la primera audición de una pieza de orquesta por complicada que sea, grabar en cierto modo la partitura en su imaginación. Esta sería la perfección más grande que podríamos soñar, sería el colmo del intelecto musical.
  1. No deis nunca por terminados vuestros estudios. El estudio no tiene fin.